La llama Lama lo ordena: “¡Deshaceos de todos los puntos negativos!”.
Jugad vuestras cartas o ganaréis puntos negativos. Si no se puede jugar una carta, habrá que decidir: ¿renunciar ahora o robar una carta que, con suerte, se podrá jugar más tarde?
¡El jugador con la menor cantidad de puntos al final de la partida gana el juego!